Los Muiscas Hoy

En un estudio realizado en los últimos días, he descubierto que el imaginario de muchas personas frente a las comunidades indígenas es un poco erróneo, debido al desconocimiento de sus proyectos actuales que conllevan a resistirse culturalmente para conservar su identidad.

La perdida cultural de los muiscas se dió desde el inicio de la colonización como se vió anteriormente, porque siempre había una cultura que buscaba sobrepasar a la muisca, dominarla, y así poco a poco se fué perdiendo, con el tiempo olvidando, y ahora en el siglo XXI los descendientes de los muiscas buscan recuperar su cultura, e intentan volver a sus raíces, y buscan representación política para que se les respeten sus espacios y así puedan alejarse de la cultura urbana y volver a ser muiscas.

¿Pero cual es realmente el obstáculo más grande de ésta cultura actualmente? ¿El tiempo, la ciudad, el espacio? El problema muisca viene de una perdida cultural muy antigua, pero el obstáculo de la actualidad va más alla del tiempo, mas alla del espacio y del olvido de lo que fue la cultura. El problema esta en la globalización, que busca unir a todos los países y todas las culturas bajo parámetros que siguen pautas de comportamiento y bajo las cuáles todos nos comportamos. Y al todos comportarnos igual, nada es diferente, nadie es diferente, todos buscan encajar a toda costa, porque finalmente sino encajas en la sociedad estas solo y la soledad no es una opción actualmente, al menos eso se cree o al menos así pareciese ser para una gran mayoría.

«La globalización está provocando un obsesivo afán de identidad, que va a provocar muchos enfrentamientos. Nuestras cabezas se mundializan, pero nuestros corazones se localizan».(Jose Antonio Marina, 1939).

Y lo que afecta a la civilización muisca en la recuperación cultural, es que con la globalización la sociedad busca moverse hacia adelante, desarrollar, pero nunca buscan mirar al pasado haber si allí encuentran lo que estan buscando, porque simplemente el pasado ya pasó, hay que mirar al futuro. El punto es que los musicas necesitan del pasado, necesitan de esa influencia para seguir construyendo una cultura, y los procesos tanto económicos como políticos y culturales estan afectando a las localidades muiscas de la actualidad, porque buscan expandir una cultura consumista, «desarrollada», que está llegando hasta los lugares donde los muiscas residen, naturalmente: » “Me intranquiliza la invasión de tanta construcción de ladrillo al lado del territorio que de igual forma contamina el aire y la tranquilidad de nuestro entorno (…)Además de temas prioritarios como la salud y el estado económico de su gente, el Gobernador Socha dará especial atención a la cultura y a la juventud. En esa dirección, se continuará con la construcción de la Bohía de los Muiscas y el fomento de más actividades deportivas para los jóvenes “para combatir un “grupito” que ha empezado a drogarse y despilfarrar su tiempo libre”, señaló Socha (prensa indígena, Gobernador actual de los muisca)

Sin embargo dado el problema actual de los muiscas en la actualidad con la globalización, se siguen desarrollando proyectos en las localidades, para poder aislar estos factores y llegar a ser muiscas otra vez, hay trabajos por parte de los cabildos para infundir la cultura. La lucha no es fácil y siempre se veran enfrentados a otra cultura mas «poderosa» por así decirlo que quiera sobrepasarlos, y ahí esta el reto en que no dejen que se les pierdan sus costumbres y en seguir siendo muiscas.

Aportes Culturales

Los muiscas constituían y constituyen una sociedad agrocerámica y manufacturera perteneciente a la región andina del norte de Suramérica. La manera de organización política ya descrita los hacía una unidad cultural compacta y disciplinada. Los aportes de los muiscas a la identidad nacional colombiana hoy son incuestionables, más aún porque la Confederación chibcha no era otra cosa que la máxima representación político-organizativa de una cultura y una familia lingüística mayor. El estudio de la cultura muisca es motivo de permanente investigación y ello contribuye en parte a entender la identidad del colombiano.

Fuera de la orfebrería en la que también realizaron artículos a partir de la tumbaga que era aleación de oro y cobre, el cobre también fue utilizado en la elaboración de figuras antropomorfas, bastones ceremoniales, narigueras, zarcillos entre otros; en la cerámica también se destacaban las de formas humanas o antropomorfas fuera de los utensilios de cocina. Entre otros tenemos:

  • Textileria.
  • Arquitectura.
  • Las ciencias
  • Alfarería.
  • Orfebrería.

Cosmogonia

Al principio todo era oscuridad. La luz, que estaba «metida allá», comenzó a salir para iluminar el universo.

Ese poder creador infundía su cualidad luminosa como atributo lúcido y resplandeciente a las cosas.

La esencia creadora, denominada Chiminigagua, tenía la luz en sí.

Representaban en los astros la diferencia y complementariedad de los géneros, el Sol (Sua) era masculino y la Luna (Chía) femenina. Simbolizaban la articulación del matrimonio como conjunción del poder inseminador de la luz del día y de la noche, y los concebían como «padres de la gente».

Bachué emergió de la Laguna de Iguaque, con su hijo en brazos, este al crecer fue su esposo, y su progenie pobló la tierra.

Pronto los muiscas olvidaron a sus dioses, pasaban en día en holganza y vicio. Entonces Chiminigagua envió un mensajero: Bochica quien como una encarnación solar apareció por el oriente de la sabana de Bogotá.

Chibchacum, enojado por la maldad de los seres humanos, había provocado una inundación juntando las aguas de los ríos Tibitó y Sopó, provocando la destrucción de los cultivos, con la consencuente hambruna. Bochica arrojó contra las peñas su vara de oro, separó la sierra, y desagotó la sabana creando el Salto de Tequendama.

Entonces desde el valle sagrado de Iraca, con el nombre de Idacanzas predicó y enseñó las buenas costumbres y algunos preceptos morales. El civilizador enseñó a sembrar, a fabricar casas, a tejer en algodón y el fique, a cocer el barro y hacer ollas, la manera de calcular el tiempo y determinar las fechas para la siembra y la recolección. Los muiscas le distinguían como «nuestro pariente y padre».

Consideraban que los espíritus estaban vinculados con su geografía: ríos, montañas y lagunas, las últimas eran centros ceremoniales, a los que se hacían ofrendas para mejorar la pesca.

VIDA RELIGIOSA Y OFRENDAS

Las ofrendas jugaron un papel fundamental dentro del sistema de prácticas religiosas de las antiguas sociedades de la Cordillera Oriental. A través de ellas buscaron mantener el equilibrio del mundo.

Ofrendas de oro, madera, cuentas de piedra, artefactos de concha y hueso, uñas, pelo, semen, sangre, tabaco, coca y otras sustancias alucinógenas; bebidas, comidas, plantas y hierbas; textiles, vasijas de cerámica, canastos, cristales de cuarzo, carbón y un gran número de esmeraldas fueron objetos que encarnaron a través de su materia y forma, algunos de los principios básicos del amplio sistema de oposiciones alrededor del cual se organizaba el cosmos para estas poblaciones.

Principios que tomaban vida cuando los objetos eran depositados en lugares sagrados como lagos, ríos, cuevas, terrazas agrícolas, cimas de montañas o colinas, plantas de viviendas, templos y tumbas. Allí acudían los jeques a depositar aquellas ofrendas que, a través de su conocimiento y sus actos adivinatorios, en su concepto poseían las facultades que se requerían para enfrentarse a aquellos fenómenos naturales o eventos sociales que les afectaban, y que eran consecuencia de las alteraciones del equilibrio cósmico dual.

Objetos como los tunjos o santillos, que eran figurinas de oro y tumbaga con forma humana o animal, o de objetos de uso personal y cotidiano, o escenas de vida, eran entregados por lo general en parejas o grupos. Las dos figuras encarnan una pareja de opuestos, como el hombre y la mujer.

Sin embargo, esta liberación de las fuerzas de los objetos no se conseguía solamente con la entrega de las figuras de manos del jeque en aquellos lugares sagrados. La comunicación con el mundo inmaterial era bastante más compleja, y de la precisión del proceso en su totalidad dependían los beneficios que se pudiesen obtener. Ésta se llevaba a cabo en momentos determinados por uno o varios jeques en ceremonias conformadas por rezos, cantos y bailes que eran escogidos por estos sacerdotes según las necesidades de la ofrenda.

Organizacion social

En los cacicazgos muiscas que poblaban Cundinamarca y Boyacá en el momento de la conquista española –y en sus objetos arqueológicos– descubrimos los roles que interactuaban para formar una sociedad: el cacique manejaba los hilos de la política, el chamán se ocupaba del ámbito religioso, el mercader llevaba y traía productos, los agricultores y los artesanos los producían. Es una imagen del pasado pero nos sirve para pensar en nuestra propia sociedad, mucho más compleja. El video, un caso real en una sociedad de ancestro muisca, nos sirve para reflexionar sobre nuestro propio comportamiento social.


La sociedad muisca en los dominios del Zipa estaba estratificada de la manera más rígida y en forma piramidal.
En la cúspide estaba el Zipa, soberano absoluto a quien sus vasallos debían un acatamiento incondicional y ciego.
Dada la jerarquía vital que entre los chibchas tenía la estructura religiosa, el segundo estrato debajo del poder omnímodo del Zipa era el compuesto por quienes alcanzaban la encumbrada dignidad de jeques, mohanes o, en palabras más nuestras, sacerdotes.
Hasta donde llegan los conocimientos actuales, los chibchas vivieron en un estado de guerra permanente, tanto entre las diversas confederaciones, como contra los agresores extranjeros.
En consecuencia, la casta de los guerreros o guechas, tuvo siempre el tercer nivel dentro de la escala con un rango muy elevado y respetable.
Es digno de anotarse que tanto los guerreros como los ministros del culto eran castas improductivas, algo que nos recuerda la organización feudal europea. De ahí hacia abajo venían los productores de riqueza, los cuales, por supuesto, sí tributaban.
Ellos, los pecheros del reino muisca, eran, en su orden, los artesanos, tejedores, alfareros y orfebres, los mercaderes, los trabajadores de las minas de sal y de esmeraldas y los trabajadores del campo.
En la base de la pirámide estaban los esclavos, que eran enemigos vencidos y cautivados en las contiendas.
Desde luego, no podemos pasar por alto que a todo lo largo y ancho del reino había caciques de mayor y menor importancia, todos los cuales tributaban al Zipa.

Organizacion politica

Organización Política
El reino de los muiscas tuvo cuatro confederaciones. Las dos principales eran las de Bacatá (Bogotá) y la de Hunza (Tunja). Las tres restantes, de menor importancia que las anteriores, eran la de Sugamuxi (Sogamoso), la de Tundama y Guanentá.

La autoridad máxima de los muiscas era el cacique, nombrado a través de la línea matrilineal, es decir, quien heredaba el poder era el hijo mayor de la hermana del gobernante.

Por otra parte, algunos investigadores sostienen la existencia de jefes militares permanentes al frente de confederaciones entre distintas tribus, especialmente en el caso de los muiscas.

El número total de cacicazgos muiscas, en tanto, se acercaba a 150 con una población de 5 a 10.000 habitantes cada una. Un consejo, formado por los llamados uzaques, asesoraba al cacique en las tareas de gobierno.

En la base de las sociedades indígenas de la región se ubicaban los plebeyos, sometidos a un dominio jerárquico por parte de sus caciques y tributarios de la élite. La existencia de los sectores nobles transcurría aparte de la vida del pueblo, en amplios y cuidadosamente decorados centros residenciales.
Campesino

La élite se distinguía por el uso y el derecho a exhibir objetos de lujo (piedras preciosas, plumajes, conchas de ámbar) y adornos personales, originarios de reinos lejanos a los cuales se atribuía un carácter sagrado.

Los caciques vestían finamente y solían ser transportados en literas. La familia, finalmente, tenía un carácter poligámico, aunque los derechos y deberes de los hijos se regían por las normas del clan de la madre.

Organizacion economica

Economía de La Cultura Muisca

Los muiscas fueron un pueblo agrícola. Desarrollaron la agricultura sobre terrazas de cultivos, con complejos sistemas de riego, planificada de acuerdo a sus conocimientos metereológicos obtenían gran variedad de productos y fue posible gracias a las fértiles tierras que ocuparon, aptas para diversidad de cultivos, principalmente la papa y el maíz, seguidos por el fríjol, la arracacha, los cubios, las hibias y la yuca. Las técnicas agrícolas que emplearon fueron rudimentarias. Usaron métodos diversos que iban desde el azadón y la coa de macana, hasta el sistema de roza.Existen evidencias del uso de canales de riego y terrazas en las laderas de Chocontá, Facatativá, Tocancipá y Tunja, pero las construcciones no alcanzaron un grado de perfección comparable al de la cultura tairona.

La región más densamente poblada, en relación con los demás territorios de los muiscas, fue la del altiplano Bogotá-Tunja-Sogamoso, ya que ofrecía una variada gama de productos agrícolas y la posibilidad de generar excedentes de intercambio con otros grupos de indígenas.

Explotaban los recursos minerales: esmeraldas, cobre, carbón, tanto vegetal como mineral, sal de las minas de Nemocón, Zipaquirá y Tausa. El oro que trabajaban lo obtenían por intercambio de los nativos de las riberas del río Magdalena.

El mercado era sitio obligado de la economía, allí se intercambiaban todo tipo de artículos: maíz, sal, miel, frutas, mantas, plumas, cobre, algodón, coca, etc. Bacatá, Chocontá Pacho y Hunza eran los más importantes. Como moneda usaban unos «tejuelos» redondos de oro, o bien, esmeraldas, sal, coca o mantas de algodón. También vendían a crédito, aplicando altos intereses

Nuestros pueblos Muiscas en esta región de la sabana se caracterizaron como alfareros y es la alfarería una de las manifestaciones culturales que nos permite situarlos en el tiempo, basados en los análisis practicados a las vasijas de cerámica y se puede apreciar que la época de la alfarería esta ubicada entre el año 310 hasta el 1.305 lo cual permite establecer que los Muiscas ocuparon estos territorios alrededor de doce siglos antes de la llegada de los españoles.

      

Los alfareros elaboraban la cerámica para uso ritual y ofrendatario, además de enormes vasijas para procesar la sal, ollas jarras y cuencos de uso doméstico. Sobresalen la cerámica de tipo ceremonial, adornada con figuras zoomorfas como la rana, la serpiente, y figuras antropomorfas que quizás representaban a los caciques.

La pictografía simbólica hallada en los jeroglíficos de las rocas del Abra, fue ejecutada por una raza diferente a las primeras civilizaciones anteriormente anotadas y diferente a la de la raza de indios conquistada por los españoles. Pero es de una raza que se extendió por todo el continente y tiene el mismo carácter que la de los valles y cordilleras de Venezuela y de las márgenes el Orinoco y del Amazonas. Y las características de estos jeroglíficos son iguales para toda América ya grabados sobre rocas, ya pintadas con tinta roja indeleble, bien sea colocados sobre alturas inaccesibles o en las orillas de los ríos o demarcando sitios fronterizos.
         

Ubicacion Geografica

Los Muiscas, habitantes de la sabana de Bogotá, desde el siglo VI a.C. Hasta la conquista española en el siglo XVI, estaban distribuidos por todo el Altiplano Cundiboyacense, ubicado en la cordillera Oriental de Colombia, compuesto por uno de los ecosistemas más ricos en la geografía del país. La presencia de fuentes de agua, bosques y suelo fértil, favorecieron el asentamiento de los muiscas, poseedores de una gran variedad de recursos para su dieta, la fabricación de trajes, mantas y cerámicas, los sistemas de riego y las viviendas definidas como esa graficado en el mapa.

 

“Francisco José de Caldas favoreció la idea de que el clima frío salvaba a los criollos de Santa Fe (y su natal Popayán) de la degeneración que imponía la tierra caliente[1]”. Cabe resaltar esta afirmación para categorizar el clima del Altiplano cundiboyacense como estable y confortable para desarrollar diferentes actividades. No obstante, la economía de los Muiscas presentaba limitaciones en la variedad de productos, gracias a la agricultura de altura, utilizando principalmente el maíz, papas, frijol, yuca, cubios y ahuyama en su dieta diaria, esta es una característica particular de la economía indígena.


Los Muiscas

La Cultura Muisca

La cultura Muisca pertenece a la familia lingüística denominada Chibcha

La familia comúnmente llamada Chibcha a la que pertenece la cultura Muísca pobló principalmente los territorios que hoy comprenden los departamentos de Boyacá y Cundinamarca en la actual Colombia.

Muisca se refiere a una nación de la Cultura Chibcha que formaba la Confederación Muisca.

El territorio de la Muisca abarcaba una superficie de 46.972 km ² desde el norte de Boyacá Páramo de Sumapaz y el de las cumbres de la Gama oriental Valle de la Magdalena. Que limita el territorio de las tribus Panches y Pijaos.